lunes, abril 18, 2005

Capítulo XXVIII

«Digo, pues, que me torné a emboscar y a buscar donde, sin impedimento alguno, pudiese con suspiros y lágrimas rogar al cielo se duela de mi desventura y me dé industria y favor para salir della o para dejar la vida entre estas soledades, sin que quede memoria desta triste, que tan sin culpa suya habrá dado materia para que de ella se hable y murmure en la suya y en las ajenas tierras».

Dorotea cuenta su historia a Cardenio, el cura y el barbero.

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