lunes, agosto 08, 2005

Segunda parte. Capítulo IV

Todavía no sabemos si habrá segunda parte del Quijote:

«—Y ¿por ventura —dijo don Quijote—, promete el autor segunda parte?
—Sí promete —respondió Sansón—; pero dice que no ha hallado ni sabe quién la tiene, y, así, estamos en duda si saldrá o no; y, así, por esto, como porque algunos dicen: «Nunca segundas partes fueron buenas», y otros: «De las cosas de don Quijote bastan las escritas», se duda que no ha de haber segunda parte, aunque algunos que son mas joviales que saturninos dicen: «Vengan más quijotadas, embista don Quijote y hable Sancho Panza, y sea lo que fuere; que con eso nos contentamos».
—Y ¿a qué se atiene el autor?
—A que —respondió Sansón— en hallando que halle la historia que él va buscando con extraordinarias diligencias, la dará luego a la estampa, llevado más del interés que de darla se le sigue, que de otra alabanza alguna.
A lo que dijo Sancho:
—¿Al dinero y al interés mira el autor? Maravilla será que acierte, porque no hará sino harbar, harbar como sastre en vísperas de pascuas, y las obras que se hacen apriesa nunca se acaban con la perfeción que requieren; atienda ese señor moro, o lo que es, a mirar lo que hace; que yo y mi señor le daremos tanto ripio a la mano en materia de aventuras y de sucesos diferentes, que pueda componer no sólo segunda parte, sino ciento; debe de pensar el buen hombre, sin duda, que nos dormimos aquí en las pajas; pues ténganos el pie al herrar y verá del que cosqueamos. Lo que yo sé decir es que si mi señor tomase mi consejo, ya habíamos de estar en esas campañas deshaciendo agravios y enderezando tuertos, como es uso y costumbre de los buenos andantes caballeros».

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