martes, mayo 03, 2005

Capítulo XXXII

Llegan los personajes que participan de las últimas aventuras a la venta, donde el ventero tiene preparado alojamiento para don Quijote y sus acompañantes. Conversan éstos con el ventero acerca de unos libros guardados en sus aposentos. Entre ellos encuentran, en varios pliegos, una novela que ocupará los próximos capítulos del Quijote:

«Llevábase la maleta y los libros el ventero, mas el cura le dijo:
—Esperad, que quiero ver qué papeles son esos que de tan buena letra están escritos.
Sacolos el huésped, y, dándoselos a leer, vio hasta obra de ocho pliegos, escritos de mano, y al principio tenían un título grande que decía: Novela del Curioso impertinente. Leyó el cura para sí tres o cuatro reglones, y dijo:
—Cierto que no me parece mal el título desta novela, y que me viene voluntad de leella toda.
A lo que respondió el ventero:
—Pues bien puede leella su reverencia, porque le hago saber que a algunos huéspedes que aquí la han leído les ha contentado mucho, y me la han pedido con muchas veras; mas yo no se la he querido dar, pensando volvérsela a quien aquí dejó esta maleta olvidada con estos libros y esos papeles; que bien puede ser que vuelva su dueño por aquí algún tiempo, y aunque sé que me han de hacer falta los libros, a fe que se los he de volver; que, aunque ventero, todavía soy cristiano.»

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