El cura y el barbero le piden la llave a la sobrina para entrar en la librería de don Quijote, donde más de cien libros esperan el 'auto de fe' que los arrojará a la hoguera. Entre los títulos que salen en la conversación están "Los cuatro de Amadís de Gaula", "Las Sergas de Esplandián", "Don Olivante de Laura", "Florismarte de Hircania", "El Caballero de la Cruz", "Palmerín de Oliva" y "Las Lágrimas de Angélica", libros de caballería y novelas pastoriles que se publicaron en la época.
Una de las que encuentra el barbero es "La Galatea" de Miguel de Cervantes. En palabras del cura leemos esta crítica a la novela de Cervantes, que se salva de las llamas como algunos otros títulos: «Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos. Su libro tiene algo de buena invención; propone algo, y no concluye nada: es menester esperar la segunda parte que promete; quizá con la emienda alcanzará del todo la misericordia que ahora se le niega; y, entre tanto que esto se ve, tenedle recluso en vuestra posada, señor compadre».
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